miércoles, 26 de noviembre de 2014

EUROPA NOS ESPERA, TODAVIA


Europa es una oportunidad, no un obstáculo. Europa será en el futuro nuestro nuevo país, nuestro centro de estudio, nuestro ámbito de trabajo.
Tras largos siglos de conformación de fuertes identidades nacionales y de historias con frecuencia divergentes, ha de pasar aún cierto tiempo para que los europeos asumamos con naturalidad esa condición común. Pero no hay otro escenario, son las reglas de una tendencia que no nos amedrenta: los españoles hemos demostrado capacidad para exportar nuestra brillante creatividad, nuestra capacidad de trabajo y liderazgo.
DECLARACIÓN DE BOLONIA:
¨Promoción de la movilidad, eliminando los obstáculos para el ejercicio efectivo de libre intercambio, prestando una atención particular al acceso a oportunidades de estudio y formación y servicios relacionados, para los alumnos¨.
Sin embargo, hay un grupo de estudiantes que se ha quedado fuera de este proceso, un grupo al que se ha condenado a no ser europeo; una comunidad que ha permanecido desde siempre ajena al ámbito universitario y, como consecuencia, apartado de este proceso imparable y ampliamente beneficioso. Se trata de las desconocidas Enseñanzas Artísticas Superiores, La Danza, el Arte Dramático, la Conservación, el Diseño... disciplinas esenciales para el desenvolvimiento cultural de un país y de una Europa que necesita de la creatividad artística, también la española.
Las artes no son universitarias, su alumnado carece de los derechos del universitario; su profesorado, su legislación o sus títulos tienen un estatus ¨especial¨y ¨equivalente¨, ¿por que?, la explicación es muy sencilla: ningún Gobierno democrático ha querido abordar el proceso de integración de las enseñanzas artísticas en la universidad ( Con excepción de las Bellas Artes, claro), pese a tratarse de una reivindicación histórica por parte de los involucrados.
Y, como consecuencia, alumnos y profesores han quedado fuera de Europa: la imposibilidad de impartir doctorado, la ausencia de un proceso de acreditación, la falta del Suplemento Europeo al Titulo, expulsan al alumnado del campo de juego europeo, cercenando y limitando sus oportunidades de movilidad, tanto en su época estudiantil como en su desarrollo profesional, puesto que sus títulos tendrán graves dificultades de homologación. 
Ya sea a nivel estatal o autonómico, parece que la única coincidencia de la totalidad de gobiernos ha sido su negativa a resolver el problema de las enseñanzas artísticas. Más que extraño, resulta grave comprobar las consecuencias de esta obstinación política: la regulación española dificulta, restringe oportunidades y derechos a esta comunidad, impide la movilidad laboral y estudiantil, en un proceso inverso al abordado por el resto de países europeos.

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